Los peligros de usar "copiar y pegar"
By Raul Rivera
Después de recibir la confirmación de un ministro que llegaría de visita, Darrell sabía que su oportunidad para formar una iglesia finalmente había llegado. Una semana después de recibir la confirmación, Darrell, muy emocionado, se reunió con su pastor quien estaba de acuerdo con él en que el llamado de Dios lo había tocado y que pronto se involucraría en el ministerio. Solamente seis meses después, en una mañana primaveral de domingo, su pastor puso sus manos sobre él en presencia de la congregación completa y oficialmente lo envió. El Pastor Darrell inició un nuevo trabajo en Laurel, MD.
Iniciando
El Pastor Darrell se regocijaba de gran manera mientras las personas comenzaban a llegar a su casa cada noche de jueves para orar y buscar al Señor en la ciudad de Laurel. Cierto tiempo después, la casa apenas podía con las 45 personas quienes se reunían semanalmente y por lo tanto, decidieron que había llegado el momento de realmente considerar moverse a una ubicación más grande. Eligieron reunirse en la cafetería de una escuela hasta que el Señor proporcionara un lugar que pudiera convertirse en algo más permanente. Mientras tanto, el Pastor Darrell trabajó duro para crear para su nueva iglesia un conjunto de estatutos que cumplieran con la estructura de desarrollo de su novato ministerio. Después de todo, necesitaba estatutos ya que le habían dicho que las iglesias necesitan tenerlos.
Encontrando Estatutos
Siendo un individuo ingenioso, el Pastor Darrell siempre había sido fuerte cuando se trataba de buscar cosas y encontrar respuestas. Y así, pensando en la mejor manera de establecer los estatutos obligatorios,
inmediatamente llamó a su antiguo pastor, seguro de que él le brindaría la ayuda que él necesitaba. Sin embargo, para el asombro de Darrell, su pastor bailaba verbalmente alrededor del tema hasta que Darrell pudo concluir que su pastor no quería compartir con él ninguna información relacionada con estatutos.
Se preguntaba el porqué de su silencio. Pero siendo tan perseverante como era él, Darrell no dejó que eso le molestara. Continuó en su búsqueda, llamando a sus amigos que sabía que eran pastores de otras iglesias. Todos tenían el entusiasmo de ayudar, pero francamente, todos expresaban que ésta era un área de la cual conocían muy poco. La mayoría de ellos le confesaron que ellos no habían leído sus propios estatutos en años o que los habían copiado de algún ministerio conocido. En ésta búsqueda por el conjunto perfecto de estatutos, el Pastor Darrell continuó haciendo llamadas hasta que consiguió diferentes copias de distintos estatutos que podía considerar. Los estudió muy bien, y a partir de éstos fue a trabajar utilizando una función maravillosa de copiar y pegar en su computadora. Después de dos días, el Pastor Darrell había creado lo que él consideraba ser el documento más perfecto para su iglesia. Al menos, esto fue lo que él
pensaba.
Una ocurrencia común
La mayoría de los fundadores de iglesias tienen dentro de su corazón el deseo de iniciar sus iglesias siguiendo el camino correcto. Es importante que ellos se aseguren que todo esté en orden con la ley, pero la mayoría de veces, el presupuesto dicta que acudan, ya sea a su pastor antiguo o a sus colegas, ya que la creación de nuevas iglesias carecen de los fondos considerables requeridos para contratar a un abogado (un cargo aproximado alrededor de $150.00 y $250.00 por hora). El resultado es una adaptación de estatutos reciclados que vagan en el Internet y que probablemente estén desactualizados y no posean el lenguaje adecuado para soportar el ataque violento de los retos legales hostiles de hoy en día.
Lo que NO sabemos
Los esfuerzos de Darrell, aunque tenían un propósito noble, lo llevaron a creer que había creado un conjunto maravilloso de estatutos que le servirían en la misión que Dios había colocado en su corazón y al mismo tiempo protegerían su iglesia y sus activos. Sin embargo, una inspección cuidadosa reveló que eran deficientes en gran manera. Además, contenían varias inconsistencias que le habrían causado una inmensa aflicción.
Cuando se trata de la preparación de estatutos para su iglesia, existen tres preguntas que debería hacerse a usted mismo. Se encuentran enumeradas a continuación.
- ¿Qué es lo que sé? Existen muchas cosas que usted ya sabe. Usted sabe que Dios le habló a su corazón en cuanto a su iglesia y su ministerio. Usted sabe que Dios es fiel y que lo guiará por el camino del ministerio. Usted también sabe que Dios lo llamó a usted al ministerio en su período de historia humana y que trabajar en el lado legal del ministerio es una parte válida de su llamada.
- ¿Qué creo que sé? De las tres preguntas, esta es la que mejor nos da un sentido de falsa seguridad ya que creemos que si nuestros estatutos cubren los temas que se nos han dicho que deben estar incluidos, todo debería estar bien. La pregunta también nos hace pensar que si nuestros estatutos fueron creados basándonos en un ministerio grande, deben ser buenos.
- ¿Qué no sé? ¡Esta es la pregunta que yo considero más importante! Es la que nos mantiene trabajando hasta tarde muchas noches investigando los cambios que podrían afectar el mundo del ministerio. Es aquí cuando confiar en las personas correctas cobra mucha importancia. Cuando se trata de los estatutos de su ministerio, siempre vale la pena el tiempo e inversión para lograrlos por las personas quienes saben lo que usted no sabe.
¿Qué estaba mal con los estatutos de Darrell?
Afortunadamente para el Pastor Darrell, él descubrió que sus estatutos necesitaban mucha ayuda antes de que pudiera encontrarse con problemas potenciales. A continuación se encuentra una lista corta de siete cosas que en sus estatutos, ya sea tenían error o les faltaban algo.
- Sus estatutos incluían el nombre de cada uno de sus miembros de la junta directiva.
- Colocaban su nombre como el presidente, de por vida.
- La mayoría de los miembros de la junta directiva pertenecían a la misma familia.
- Sus estatutos tenían algunos errores de ortografía y modificadores que eran confusos.
- Sus estatutos incluían cláusulas, las cuales él creía que abordarían algunos de los retos culturales del matrimonio bíblico, que de acuerdo a casos recientes de la corte, es una estrategia obsoleta (en nuestras conferencias entramos en detalle sobre cuál es la mejor estrategia).
- Sus estatutos tenían ciertas inconsistencias en cuanto a su habilidad de llevar a cabo las actividades diarias de la iglesia.
- Sus estatutos no tenían una cláusula de sucesión legal.
Haciendo lo correcto
La experiencia del Pastor Darrell no es poco común. Hay miles de iglesias hoy en día que aún creen tener buenos estatutos ministeriales, pero realmente no saben lo que deberían saber.
¿Qué sucederá con esas iglesias si ocurriera un conflicto por los estatutos? El año pasado, más de 12,000 iglesias terminaron en la corte, y más de la mitad de las demandas trataban sobre asuntos en relación a los estatutos. Muchos descubrieron que lo que
creyeron que sabían era realmente lo que
no sabían.
Mientras puede ser una herramienta grandiosa a utilizar para muchos documentos, cuando se trata de la creación de los estatutos para su iglesia, definitivamente es mejor dejar “copiar y pegar” fuera del panorama.
¡Gracias por informarnos!