La Mala Ofrenda y Otros Obstáculos del Ministerio

By Raul Rivera

Cada pastor lucha por mantener el impulso. Es un hecho de la vida de que el impulso viene y va. Sin embargo, aquellos que tienen más éxito son los que intencionalmente e indefinidamente luchan por mantener el impulso a su favor. Recuerdo la primera vez que sentí que perdí el impulso. Tomé una serie de decisiones malas porque estaba tratando de evitar conflictos con un miembro de la iglesia descontento. Debí de haber tratado con esa persona por mi cuenta, y haber enfrentado esa situación muy incómoda antes de que se me fuera de las manos. En cambio, traté de apaciguarlo y resulté perjudicado. Aunque nuestra joven iglesia había ganado mucho impulso en su primer año, tomó mucho tiempo para recuperarse de la pérdida de impulso causada por esa situación y sus efectos se sintieron por unos cuantos meses después. Permítame compartir con usted cuatro cosas que matan el impulso.
  1. Una mala ofrenda Dominical: Los líderes jóvenes y pequeños pueden experimentar cambios semanales de impulso en base a la ofrenda del domingo. Una buena ofrenda, y todo está bien. Pero una mala ofrenda, y sentimos que se nos cae el techo encima y con eso, ¡se cae todo nuestro ministerio! Le animo a que resista la perspectiva de “pesimismo financiero” sobre su ministerio; mantenga el impulso al planificar intencionalmente la siguiente etapa de crecimiento.
  2. Un miembro de la iglesia insatisfecho: Una manera eficaz de tratar con un miembro de la iglesia insatisfecho es decirle adiós. Es mucho más fácil mantener el impulso diciendo adiós a una persona que a un grupo. Los pastores tienden a sobre extenderse tratando de razonar con alguien que seguramente no va a razonar. Algo que mata el impulso es la falla en reconocer cuándo es mejor liberar que razonar. Eso me recuerda de un verdadero mata impulsos: el insatisfecho secretario o tesorero de la iglesia. Nadie sabe más de los trabajos internos de su iglesia que el secretario o tesorero de la mesa directiva de su iglesia. Ellos saben en qué es usted fuerte y en qué es débil. Cuando el secretario o tesorero no están satisfechos, hay una tendencia para el secretario/tesorero insatisfecho de hacerlo una parte de ellos advirtiéndoles a otros sobre usted. Él/ella lo describe en las maneras más nobles; para que otros no sufran la misma pérdida que él/ella ha sufrido en las manos del mal pastor. ¿Sabía que una de las razones más comunes para que el Servicio de Ingresos Internos investigue en contra de las iglesias son reportes llenados por secretarios y tesoreros insatisfechos de la iglesia? Bajo las reglas de la sección 7611, el Servicio de Ingresos Internos tiene requerido investigar sobre cualquier reporte de cualquier persona que suene creíble. ¡Hablando de perder el impulso, imagínese tratar con eso!
  3. Repetir un error: Nada le puede quitar el viento a su velero más que cometer dos veces el mismo error. Le quita su impulso porque los pastores tienden a ser más duros con ellos mismos de lo que debieran ser. El Apóstol Pablo compartió gran sabiduría cuando dijo que él escogió intencionalmente no enfocarse más en el pasado, sino seguir hacia el premio de la vocación. Estaría bien si recordáramos lo mismo. No es fácil hacerlo. Es difícil dejar que los errores se vayan, especialmente cuando se da cuenta que es la segunda o tercera vez que comete el mismo error.
  4. El observar que hay muchos pastores más exitosos que usted: Independientemente de qué tan grande o exitoso se vuelve su ministerio, siempre encontrará a alguien más exitoso que usted. La razón es, el éxito depende de la percepción (Pr. 13:7). Es muy bueno regocijarse acerca del éxito de alguien más. Pero es siempre fatal creer que él o ella han triunfado porque él o ella son mejores que usted. Este tipo de pensamiento quita todo impulso.
Lucha la buena batalla Mantener el impulso es una batalla que vale la pena pelear. Si se encuentra luchando con cualquiera de los obstáculos de impulso mencionados arriba, me gustaría invitarlo a que participe con nosotros en alguna de nuestras próximas conferencias. También siempre recuerde que la voz de aliento de Dios no recuerda que tenemos que fijar la mirada sobre el Autor y Protector de nuestra fe. Él quien nos llama es fieles. Cuando nuestros ojos están concentrados adecuadamente en Dios, nos damos cuenta que todo lo demás se alineara adecuadamente.

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