Haciendo el Ministerio a Largo Plazo

By Lester Ruiz

Un estudio reciente de Lifeway Research sobre las Mayores Necesidades de los Pastores consideró algunos de los desafíos mentales que enfrentan los pastores en el ministerio. Si bien casi la mitad de los pastores dicen que el desánimo (48%) y las distracciones (48%) son desafíos que enfrentan, el estrés (63%) surge como el desafío número uno para los pastores.

La investigación también muestra que los matrimonios de los pastores a menudo pagan un mayor precio, sus hijos tienen más problemas y la salud física de muchos pastores está por debajo del promedio.

Entonces, ¿qué es lo que hace que ser pastor sea tan desafiante? Profundicemos en el tema y en un plan de tres pasos para mantener a los pastores en el ministerio a largo plazo.

¿Por qué es tan difícil?

No creo que nadie cuestione si pastorear una iglesia es difícil o no; de hecho, la mayoría de la gente estaría de acuerdo en que ese es un conocimiento bastante intuitivo. Pero creo que el viaje es aún más difícil de lo que la gente supone.

Los nuevos pastores que se encuentran al frente de su viaje a menudo reconocen que habrá desafíos por delante, pero una vez que están del otro lado y lideran una iglesia como pastor principal, miran hacia atrás y se dan cuenta de que no tenían idea de lo difícil que iba ser.

Ser un pastor principal requiere templanza; la naturaleza del llamado de un pastor es la de un líder, servidor y guerrero. Eso por sí solo puede hacer que el llamado sea muy difícil.

Luego, cuando agrega el real problema de las falsas expectativas y una sensación de fracaso o de no acertar, esa carga se vuelve aún más pesada.

Para muchos, las redes sociales crean una visión falsa del éxito de los demás. Las redes sociales muestran auditorios aparentemente llenos, familias felices y una sensación general de que todo es perfecto para todos los demás.

Pero la verdad es que vemos una foto tomada en un ángulo tan preciso que muestra a la mayoría de las personas con la menor cantidad de asientos vacíos, sonrisas practicadas, fotos con filtros y una imagen estrictamente controlada de cómo es la vida.

Luego, miramos alrededor de nuestros ministerios y vemos asientos vacíos o programas con dificultades y los comparamos con lo que vemos en las redes sociales, y nos sentimos desanimados. El problema con este escenario es que este tipo de comparación prepara a los pastores para el fracaso porque han normalizado un éxito que no es real ni alcanzable para la mayoría.

La tercera razón por la que el papel de un pastor es un desafío es la falta de límites y metas saludables y sostenibles.

A menudo, hablamos con plantadores que quieren hacer todo AHORA. Y si bien esos objetivos son correctos y bien intencionados, la velocidad a la que se alcanzan no es la métrica del éxito y debe ser la condición de su corazón cuando lleguen allí. Una de las mejores preguntas es: "¿Qué quiero que sea verdad sobre mí cuando crucemos estas metas?"

No se trata solo de llegar al momento, se trata de llegar con la energía emocional, mental y espiritual para disfrutarlo y celebrarlo.

Un plan de tres pasos 

Todos lo hemos escuchado antes, "es un maratón, no una carrera de velocidad", y aunque eso se aplica a muchas cosas, es especialmente cierto en el ministerio.

Cualquier corredor de resistencia puede decirle que cruzar la línea de meta de un maratón es el resultado de un proceso para llegar allí. Fue un proceso que le preparó para cubrir las millas de una manera que le llevó a donde quería estar y cómo quería estar cuando llegara allí.

Esta lección también se aplica a los plantadores de iglesias y pastores.

Aquí hay un proceso de tres pasos para recorrer un largo camino en el ministerio: 

1. Decida cómo se ve el éxito

Antes de gastar el tiempo, la energía, el esfuerzo, el dinero y la pasión en hacer algo, es fundamental dedicar tiempo antes para asegurarse de definir exactamente hacia dónde se dirige. De lo contrario, dedicará todo ese tiempo, esfuerzo, dinero y pasión para tener éxito en lo incorrecto y darse cuenta de que el “logro” no fue lo que esperaba.

Para mí, hago esto levantando mis ojos de lo inmediato y teniendo una visión más a largo plazo, de hacia dónde me dirijo. Descubrí que esto se aclara más a través de las preguntas "¿Qué quiero que suceda?".

Aquí hay algunas preguntas excelentes para analizar con su cónyuge, su junta directiva o sus mentores mientras define cómo se ven sus logros:

  1. ¿Qué quiero que sea verdad acerca de mí mismo, espiritualmente, un año después de haber iniciado la iglesia?
  2. ¿Qué quiero que sea verdad acerca de mi familia al final de los próximos tres años?
  3. ¿Qué quiero que sea verdad acerca de nosotros financieramente después de los primeros cinco años de la plantación?

Responder estas preguntas es el primer paso para convertirse en un pastor saludable que puede llegar hasta el final porque está definiendo a dónde quiere ir, no solo a dónde espera llegar. Andy Stanley dijo: "Todos terminan en algún lugar; no todos terminan en algún lugar a propósito". Estas preguntas le permiten tener claridad sobre a dónde quiere ir.

2. Decida cómo llegar allí

Una vez que sepa a dónde va, puede decidir CÓMO llegará allí. La verdad es que el CÓMO es tan importante como el DÓNDE.

Algunas personas dicen: “¡Quiero tener 100 personas en la iglesia lo más rápido que pueda!” Si esa es su visión, entonces el camino más corto es la decisión correcta. Pero, si su visión es: "Quiero llegar a pastorear a 100 personas con asistencia regular mientras mantengo un matrimonio fuerte y me conecto con mis hijos en el proceso", entonces el camino más corto puede no ser el correcto, ya que podría entorpecer la calidad de los otros aspectos de su visión. El camino más corto no es el camino correcto si le cuesta un matrimonio fuerte y tiempo con sus hijos.

Nuestro “cómo” debe incorporar más que solo la velocidad, sino también la calidad de nuestras vidas cuando lleguemos a nuestro destino. Demasiados plantadores de iglesias y pastores desconectan sus visiones de sus vidas personales y terminan en la meta, demasiado agotados para disfrutarlo. Están viviendo para el crecimiento de sus congregaciones pero sin prever la necesidad de cultivar su alma.

Tenemos que preguntarnos: "¿Cómo puedo llegar a donde quiero ir de una manera que resulte en la condición en la que quiero estar cuando llegue allí?"

Esta es una gran pregunta para buscar en oración y también para conversar con su familia, mentores o ancianos.

3. Defienda su camino y su visión de las distracciones

En el momento en que sepa adónde va y cómo llegar allí, encontrará resistencia. Siempre pasa.

En el momento en que digo que quiero perder peso, se abre una tienda de donas al lado de mi oficina. A menudo, los plantadores de iglesias y los pastores no son saludables porque no tienen una visión clara o una idea de cómo llegar a esa visión, sino porque se han distraído con otras cosas que les impiden alcanzarla. Y a menudo, no son cosas malas; simplemente no son las cosas correctas para ayudarnos a llegar a donde queremos ir.

Descubrí que la clave aquí es crear una lista de “cosas para dejar de hacer". Esta es la lista que debe crear para dejar de hacer ciertas cosas que se interponen en el camino para lograr sus objetivos.

Por ejemplo, si mi visión es “llegar al lugar de pastorear a 100 personas con asistencia regular mientras mantengo un matrimonio sólido y una conexión con mis hijos en el proceso”, podría decidir dejar de tener reuniones después de las 5:00 p.m., para no perderse la cena con la familia. O quizás deba dejar de pasar tiempo frente al televisor para pasar más tiempo con mi cónyuge. O bien, es posible que deba dejar de comer alimentos poco saludables para que mis niveles de energía estén donde quiero estar para las cosas que más importan.

No sé cuales son para usted, pero todos tenemos posibles distracciones que nos alejan de la vida que sabemos que queremos vivir.

Persiguiendo su visión

En la vida del ministerio, siempre hay más personas a las que ayudar, dolor que consolar, problemas que abordar y reuniones que celebrar, y no tendremos tiempo para abordar todo eso. Para ser un pastor saludable, debe decidir ahora, incluso antes de ponerse en marcha, lo que hará y lo que no hará en la búsqueda de su visión. Porque nuestro objetivo no es solo llegar a la meta, el objetivo es estar lo más saludable posible cuando lleguemos allí.

Entonces, ¿cuál es su visión como plantador de iglesias? ¿Cuáles son las metas que tiene para la plantación de su iglesia? Llámanos al (844) 842-4259 y compártalas con nuestro equipo. En StartCHURCH, queremos que su viaje de plantación de iglesias sea un éxito. Estamos aquí para acompañarle y animarle en el camino.

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