Evite el Agotamiento del Verano

By Raul Rivera

Sólo había pasado un año y medio desde el día que inicié mi iglesia y ya me sentía agotado. Pensé que sería más grande y estaría mejor establecida. Di por sentado que la congregación sería más dedicada y se involucraría más con las actividades de la extensión. Toda mi energía se estaba acabando rápidamente y no sabía cómo recuperarla. ¿Le ha pasado esto? Quizás ahora se siente así. Permítame decirle tres cosas que le ayudarán a evitar el agotamiento:
  1. Expectativas Sin Gestionar: Muchos líderes que inician iglesias tienen una idea implícita de cómo sería su iglesia en su primer año. Cuando esa idea no se hace realidad, puede llevar a que se tenga una percepción de fracaso. Déjeme darle un ejemplo:
En la mayoría de las conversaciones que he tenido con iniciadores de iglesias, usualmente me describen una visión que es complicada, multifacética y elaborada. De hecho, se parece mucho a la que percibieron de su antiguo pastor. Aunque siempre los animo a tener grandes sueños, estos deben de ser bien administrados y comprendidos. No todas las iglesias se suponen que crecerán hasta alcanzar las 1,000 personas. Sin embargo, si usted espera tener una iglesia de 1,000 personas y solo crece hasta 300, siempre se sentirá como si hubiera fracasado. Pero los que nunca esperaron alcanzar las 300, se sentirán como si hubieran conquistado el mundo cuando lo logran.
  1. Predicación sin propósito: Cuando empecé en el ministerio, la duración promedio de mis sermones era de alrededor de 1 hora. A medida que maduré, los sermones fueron más o menos de 30 minutos. En mis primeros años, los preparaba como si se tratara del fin del mundo, y que el sermón que estaba predicando probablemente sería el último para mí y para mi congregación. Pronto aprendí que siempre había otro domingo y que muy probablemente, la congregación no podía recordar lo que les había dicho la semana anterior.
Como predicador, me molestaba cuando les preguntaba: “¿Cuántos recuerdan de qué se trataba el mensaje de la semana pasada?” y solamente uno de cada cien levantaba la mano. Esto me preocupaba porque estaba comparando el recordar el mensaje con la dedicación y seriedad de las cosas de Dios. Sin embargo, nunca consideré que quizás mis sermones no eran tan impactantes ni valían tanto la pena recordar como yo pensaba. ¿Esto tenía solución? Anímese, encontré una. Déjeme darle algo que volverá su predicación más eficaz y fácil de hacer semana tras semana y evitar el desgaste en la predicación.
    1. Predique en series: Tómese su tiempo y elija temas que pueda abarcar por 4 a 6 semanas. Eso significa que cada año podrá elegir entre 9 a 12 temas, y luego prepararlos para abordarlos en una serie.
    2. Menos de 30 minutos: Como predicador lo más difícil de hacer es disciplinarse a sí mismo para cubrir todo su mensaje en menos de 30 minutos. Eso lo obligará a no desviarse del tema y a mantener la atención de la congregación. Evite la tentación de desviarse del tema porque, nos guste o no, lo cierto es que el domingo por la mañana, es probable que solo pueda mantener la atención de la gente por alrededor de 25 minutos. Cuando se entrene a sí mismo para reducir un mensaje a una versión más “concentrada”, se dará cuenta de que la gente le pone más atención, porque sentirá que cada cosa que diga es algo vital.
    3. Siga su plan: Si selecciona la series de su predica con anticipación, podrá investigar, desarrollar y preparar mejor sus mensajes. También podrá publicar la próxima series con cuatro semanas de anticipación en la página web de la iglesia, boletines y otros materiales impresos mediante el uso de mercadeo por correo. Una buena manera de anunciar su iglesia es obtener un permiso de correo sin fines de lucro y luego enviar anuncios postales de la próxima series de sermones a miles de hogares a 30 minutos en coche de su iglesia. Estoy seguro de que eso atraerá a nuevas personas a visitar su iglesia.
  1. No prestar atención a las cosas que le quitan el sueño en la noche: Para algunas personas, lidiar con las cuestiones más difíciles solo pasan en la noche cuando sus cabezas tocan la almohada. ¿Cuáles son las cosas en las que piensa durante la noche? Si usted es típico, probablemente piense en las cosas que le preocupan en secreto, pero raramente las comente con alguien más. A menudo tengo la oportunidad de escuchar muchas de esas preocupaciones. Permítame darle una lista breve:
    1. Piensa en crecer, pero no sabe cómo: ¿Cómo hacer crecer una iglesia? Después de 2 años, está comenzando a darse cuenta de que la gente no vendrá a su iglesia porque tiene servicios grandiosos. Tiene que haber algo más, pero usted todavía no sabe qué hacer y se le están acabando las ideas. Esa es una señal de que se está desgastando.
    2. Le preocupan sus finanzas: Consiguió un edificio y el costo de alquiler lo está matando. Usted pensó que el edificio atraería a más personas, pero ocurrió lo contrario, o quizás llegó gente nueva, pero la renta es más de lo que usted puede pagar y en algunas ocasiones tiene que pagar de su propio bolsillo para cubrir el déficit.
    3. Le preocupa el IRS y los libros de la iglesia: No solo piensa en la iglesia y en cómo hacerla crecer, sino que también le preocupan los libros y la administración de sus recursos. ¿Hay algo que debería saber y no lo sé? ¿Estoy reportando adecuadamente las ofrendas de amor? ¿Qué hay de los formularios que deben entregarse al IRS? Cada mes de Enero usted se promete que hará las cosas bien, pero para Marzo, se rinde ante el negocio del ministerio y de la vida y luego suprime la voz que le susurra por la noche recordándole que debe hacerlo bien.
Revisemos Cubrimos tres cosas que pueden causar agotamiento. Las cuales son 1) Expectativas sin gestionar, 2) predicación sin propósito y, 3) no prestar atención a las cosas que le quitan el sueño en la noche. Probablemente la tercera sea la que menos mencionan los predicadores cuando hablamos de agotamiento, pero me atrevo a decir que probablemente sea el mayor creador de estrés que no es identificado. En cada hombre hay un deseo profundo de disfrutar tranquilamente del fruto de su labor. Cuando ciertos aspectos de su labor le quita el sueño en la noche, usted tiende a perder el gozo por las cosas que ha logrado. ¿Por qué no hacer de este año uno en el que mirará las cosas que lo mantienen despierto y se ocupará de ellas? Haga que su meta sea que para Diciembre, las finanzas de la iglesia, las políticas y los problemas de cumplimiento con el IRS sean tratados correctamente y sean llevados a un nuevo nivel de excelencia de modo que usted ya no tendrá que volver a pasar noches en vela preguntándose qué pasaría si el IRS toca a las puertas de su iglesia.  

¿Le resultó útil este blog?


Y reciba gratis el libro electrónico 10 Pasos Estratégicos para Plantar una Iglesia