Lo que Frena el Impulso de las Iglesias; Una Lectura Obligada para Todos los Pastores

By Raul Rivera

Imagínese transitar por el mejor año que su iglesia jamás haya tenido. El incremento en cantidad y discipulado durante los últimos meses ha sido asombroso, y durante las últimas 6 semanas solamente han habido más de 20 nuevas salvaciones cada domingo. Esto es lo que el Pastor Edgar estaba viviendo cuando surgió una acusación contra él. Un grupo de individuos insatisfechos se había reunido y había convencido a algunos de los miembros de que el Pastor Edgar tenía demasiado control de la iglesia. A pesar del crecimiento que la iglesia estaba transitando y de la cantidad de gente que se había sumado en el último año, todo parecía estar en peligro debido a un pequeño grupo de miembros insatisfechos. Todos los pastores luchan por mantener el impulso. Es un hecho de la vida que el impulso va y viene. Sin embargo, lo que he descubierto es que aquellos que tienen el mayor éxito son los que con determinación se esfuerzan continuamente por mantener al impulso de su lado. Recuerdo esa primera vez en que sentí que perdí el impulso como pastor. Había tomado una serie de malas decisiones porque intentaba evitar el conflicto con un miembro insatisfecho de la iglesia. Debí haber lidiado con esa persona yo solo y enfrentado una situación muy incómoda pronto antes de que se me fuera de las manos. En vez de hacer eso, intenté tranquilizarlo, y me salió el tiro por la culata. Si bien nuestra joven iglesia había adquirido mucho impulso durante su primer año, llevó mucho tiempo recuperarse de la pérdida de impulso que esa situación provocó, y se sintieron sus efectos durante varios meses a partir de ahí. Permítame compartir con usted cuatro cosas que ponen fin al impulso. 1. Una Mala Ofrenda el Domingo: Los líderes jóvenes y los de las iglesias pequeñas pueden experimentar cambios semanales del impulso basados en la ofrenda del domingo. Una buena ofrenda y todo está bien. Pero una mala ofrenda y sentimos que el cielo se nos cae encima ¡y con él todo nuestro ministerio! Lo aliento a que se resista a la perspectiva del pesimismo financiero en su ministerio; mantenga el impulso y siga planeando intencionalmente la próxima etapa de crecimiento. 2. Un Miembro de la Iglesia Insatisfecho: Una manera efectiva de lidiar con un miembro de la iglesia insatisfecho es decirle adiós. Mi consejo puede sonar frívolo e insensible, pero conozco los peligros de mantener a alguien por demasiado tiempo. Es mucho más fácil mantener el impulso al decirle adiós a una persona que al decirle adiós a un gran grupo de personas que se van debido a esa persona. Los pastores tienden a extenderse más de la cuenta intentando razonar con alguien que probablemente no entiende razones. Una de las cosas que pone fin al impulso es no poder reconocer cuándo es mejor dejar ir que razonar. Eso me recuerda a algo real que pone fin al impulso: el/la secretario/a o tesorero/a insatisfecho/a de la iglesia. Nadie sabe más acerca del funcionamiento interno de su iglesia que el/la secretario/a de la junta de la iglesia o el/la tesorero/a. Ellos saben en qué puntos usted es fuerte y en cuáles débil. Cuando el/la secretario/a o tesorero/a se vuelven insatisfechos, hay una tendencia de el/la secretario/a o tesorero/a insatisfecho/a de decidir advertir a los otros acerca de usted. Él/ella lo describe de la manera más noble: para evitar que otros sufran la misma pérdida que él/ella ha sufrido en manos de un mal pastor. ¿Sabía usted que uno de los motivos más comunes por los cuales el Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS) investiga a las iglesias son las declaraciones presentadas por secretarios/as y tesoreros/as insatisfechos/as? Bajo las reglas de la sección 7611, se le pide al Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS) que investigue cualquier declaración de cualquier persona que suene creíble. Hablando de perder el impulso--¡imagínese teniendo que lidiar con eso! 3. Repetir un Error: Nada puede quitarle el impulso más que cometer el mismo error dos veces. Le quita el impulso porque los pastores tienden a ser más duros con ellos mismos de lo que deberían ser. El Apóstol Pablo compartió gran sabiduría cuando dijo que él resueltamente eligió no centrarse más en el pasado sino avanzar hasta conseguir el premio del llamamiento celestial. Sería inteligente de nuestra parte recordar lo mismo. Eso no es fácil de hacer. Es difícil dejar ir los errores, especialmente cuando uno se da cuenta de que es la segunda o tercera vez que comete el mismo error. 4. Notar que hay muchos pastores que son más exitosos que usted: No importa qué tan grande o exitoso llegue a ser su ministerio, siempre encontrará a alguien más exitoso que usted. La razón de esto es que el éxito es una cuestión de percepción (Pr. 13:7). Es muy bueno alegrarse por el éxito de otra persona, pero siempre es fatal creer que él/ella ha sido exitoso/a porque es mejor que usted. Este tipo de pensamiento quita todo el impulso. Pelee la buena batalla Mantener su impulso es una batalla que vale la pena pelear. Si usted encuentra que está luchando con cualquiera de las situaciones que ponen fin al impulso mencionadas más arriba, es tal vez tiempo de modificar eso en lo que se está centrando. La voz alentadora de Dios nos recuerda que debemos centrar nuestra mirada en el autor y perfeccionador de nuestra fe; Aquel que lo llama es fiel. Cuando nuestros ojos estén adecuadamente enfocados en Dios, encontraremos que todo lo demás se alinea correctamente.

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