¿Por qué robaría un pastor a la iglesia?

By Raul Rivera

¿Alguna vez se ha preguntado por qué un pastor robaría el dinero de la iglesia? ¡De verdad! Si mira esta pregunta con una lupa, no es tan sencillo como decir que el pastor simplemente se volvió codicioso. Es mucho más profundo que eso. ¿Por qué iría el pastor contra todo lo que sabe y enseña como cierto, para violar deliberadamente dichas verdades y luego intentar ocultarlo, para perpetuar su comportamiento? En el mundo de los negocios y en la iglesia el crimen más común es la malversación de fondos. ¿Por qué hay tantos pastores cayendo en este pecado? Permítame darle algunas estadísticas sobre la vida de muchos pastores actualmente. Esto podría ayudarle a comprender mejor porque el robo del dinero de la iglesia está en ascenso. • Poco más del 80% de los pastores y sus cónyuges actualmente o frecuentemente batallan con el desánimo, la decepción o la depresión. • Más del 40% de los pastores sienten que llevan una vida demasiado ocupada y a menudo se sienten culpables porque sus hijos son los que más sufren. • La mayoría de los pastores siente que la iglesia, o la manera que “hicieron la iglesia”, ha tenido un impacto negativo sobre sus familias. • 40% de los pastores experimentan conflictos serios con un feligrés mensualmente. (*Estas estadísticas fueron tomadas de George Barna y James Dobson) Es una maravilla que usted haya perseverado A la luz de estas estadísticas, es una maravilla que usted haya perseverado. Es uno de los problemas más comunes con los que me he topado cuando enseño en nuestra Conferencia de Estructura Primordial para Iglesias. ¿Pero, por qué? Seamos realistas: Pastorear atrae la atención del enemigo de su alma y le ofrecerá resistencia. Usted, a su vez, debe de ser diligente para proteger su alma. ¿Eso qué tiene que ver con robar el dinero de la iglesia? Tiene mucho que ver. Verá, estas estadísticas sencillamente ponen la mesa. Conforme ahondamos en el quid de la cuestión, vemos una necesidad mucho mayor para que los pastores estén en guardia; otras condiciones hacen que sea más fácil que los pastores caigan en la tentación. A continuación le presentamos cuatro, que cuando se combinan con las estadísticas mencionadas anteriormente pueden hacer que “incluso los elegidos” caigan. 1. 7 de cada 10 pastores afirman que no tienen a alguien a quien realmente puedan llamar amigo.* Cuando un feligrés necesita ayuda, acude al pastor. Cuando el pastor necesita ayuda, entra a una cueva. A diferencia de Elías, los pastores no suelen tener encuentros con Dios en una cueva. En cambio, debido a las ocupaciones de la vida y las demandas del pastoreo, un pastor usualmente intenta afrontarlo solo. 2. Identidad falsa: Desafortunadamente, muchos pastores que fundan iglesias tienen dificultades para separarse a sí mismos y a sus identidades de su iglesia. Por lo tanto, el 100% de su alma está envuelta en la iglesia. En algunos casos, creen que, al igual que un hombre que comienza un negocio, la iglesia (o el lado comercial de la iglesia) es suya y toman decisiones como les place y nadie puede decirles qué hacer. 3. La gran mayoría de los pastores están sumamente mal pagados y sus cónyuges jamás reciben un pago: Sin importar lo que usted haya escuchado en las noticias o leído en Internet, 9 de cada 10 pastores están mal pagados y si se considera el número de horas que aportan sus cónyuges, podemos ver que están llegando al límite de la servidumbre. Créame, esto pesa en el corazón de los pastores. A medida que pasan los años, sienten el peso de ver la vida, para la que alguna vez tuvieron grandes sueños, sucumbir ante las preocupaciones que vienen con los años dorados, además, no hay ahorros para el retiro. Eso puede ser muy deprimente. 4. Un corazón fuera de lugar: He conocido muchos pastores que gastan el 100% de su energía enfocándose en hacer crecer a sus iglesias. Sin embargo, hablan muy poco del verdadero discipulado, del servicio humilde y el cuidado pastoral. Parece que quieren crecer sin importar cómo ocurra. Al igual que las palabras proféticas emitidas por Josué sobre Jericó, “Que los cimientos se levanten sobre el cuerpo de su hijo mayor, y las puertas sobre el de su hijo menor.” Conforme leemos más adelante en las Escrituras, un hombre llamado Hiel de Betel emprendió la tarea. Quiso reconstruir Jericó con tanta intensidad que simplemente no hizo caso de la advertencia, la reconstruyó... pero sus dos hijos fallecieron. Como me dijo alguna vez un amigo pastor que no alcanzó el estatus de mega-iglesia, “Gracias, Señor, por no darme lo que yo quería tanto.” Así que en resumen las cuatro condiciones son la soledad, la identidad falsa, la frustración por las finanzas y un corazón fuera de lugar. En dirección a la bancarrota moral Aunque esto no está bien, por lo menos puede ver cómo las circunstancias del ministerio pueden desempeñar un papel en llevar a un pastor a la bancarrota moral. Eso le sucedió a un pastor de Columbus, OH, que malversó el dinero de la iglesia para financiar un mejor estilo de vida. Se justificó diciendo que usó el dinero para servir mejor a su iglesia, y que por eso se compró un barco y una alberca para su casa; todo lo hizo para compartir con la congregación y servirle mejor. ¡Lo sé! Suena ridículo. Pero sucedió de verdad. Las cuatro condiciones combinadas con las estadísticas pueden llevar a cualquiera a la bancarrota moral, haciendo que parezca que robarle dinero a la iglesia es algo que Dios quería. Ahora sabemos Ahora sabe por qué hay tantos pastores en estos días que están cayendo en la bancarrota moral. Cualquiera de las cuatro condiciones puede ser el punto de inflexión de muchos pastores. Incluso es posible que se haya sentido identificado con más de una de ellas. Tenga ánimo; hay esperanza. Nosotros servimos a Dios, que es la esperanza misma, además Él tiene preparado un viaje maravilloso que le llenará de esperanza, a pesar de cómo se sienta el día de hoy. ¿Quisiera apropiarse de un poco de esa esperanza? ¡Muy bien! La esperanza del hombre radica en su expectativa. A continuación encontrará una lista de lo que puede esperar de Dios, su Padre. 1. Dios está complacido con usted, solo por ser usted: Si, Él realmente encuentra placer en quién es usted y en lo que hace. Él arregla y se ocupa de sus defectos, sus pecados y sus malos entendidos sobre quién es Él; sin embargo, Él lo hace con gozo porque sabe lo que va hacer por usted. 2. Si Dios lo llamó para ser pastor, Él todavía quiere que sea pastor: Muchos líderes piensan que porque se sienten moral y/o espiritualmente en bancarrota, deberían de renunciar, cuando en realidad se trata del mejor momento para humillarse ante el Señor y pasar por un proceso de reconstrucción. Una buena perspectiva es saber que un pastor sigue siendo una oveja. Simplemente es el que lleva una campana alrededor del cuello. Él ya le dio una “respuesta en 1 Corintios 10:13”. Use los recursos que Él le dio para construir cortafuegos que lo protejan a usted y a los demás de la tentación de la malversación de fondos: El Señor se siente complacido cuando los líderes cuidan sus almas y las de los demás, invirtiendo en cortafuegos que hacen que sea más difícil pecar. ¿Por qué no se toma un tiempo para aprender y educarse en cómo crear políticas y procedimientos para garantizar que los fondos y bienes de la iglesia nunca sean malversados?

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